miércoles, 17 de noviembre de 2010

Italo - ciudades invisibles

Polo- El infirno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo dudar, y darle espacio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Elijo la segunda opción, con una variante...cuando encontremos ese quién o qué, hagámoslo DURAR, para que asi nos dé fuerza de seguir descubriendo mas de eso que es "el no infierno" sino una hermosa VIDA! Aprendamos a valorar esas pequeñas cosa y de esta manera encontraremos mas momentos de felicidad!